viernes, 20 de julio de 2012

EN EL CORAZÓN DE UN HOMBRE HAY UNA HERIDA MUY MARCADA (José G. Martínez Fernández, 1949)



lo digo por la luz que afuera marca el ángulo vidrial

de mi departamento

sin ninguna gota de agua o con todas

me he pasado los años mirando el cielo que me negaste

a veces me gusta y a veces me da ira

pero el placer de seguir por tus ríos me llena de una alegría

que quizás sin tu marca nunca tendría

eres esa alegría y eres el dolor, esta herida es muy ancha

y tú la sabes

y es largamente nostálgico sentir que tu mar

está muy lejos en el tiempo

que ya no puedo tener de tu sangre

los sueños de unos niños

que a estos jardines viajarían

y así se me van los días

con la sola idea de ti.

lunes, 9 de julio de 2012

MEJILLONES (Neftalí Agrella, 1896-1957)



Pueblo a orilla de la soledad

caminando irreal por tus áreas de silencio,

pienso en tus flores saladas,

en la arena tibia

y en el órgano del viento;

atravieso por tus días brillantes;

vidrio de mar, añil en el horizonte,

paseo hasta los vivacs de estrellas

que limitan la oblicua planicie de la noche;

la bahía diurna con lobos de hule

y con gaviotas circunflejas

recuerdan mis domingos de adolescente

en el viejo muelle maquillado con brea

y también el balandro de ala única

en el perfil dulce de la costa

con un monóculo de estrella

en la cita nerviosa.

¡Ah, pueblo simple, marcho

múltiples veces en secreto

por tus kilómetros de soledad!




jueves, 5 de julio de 2012

LA TIERRA DE LA NOCHE (Jorge Teillier, 1935-1996)

                                                                 "Abrir una ventana es como abrirse una vena".
                                                                 B. Pasternak.


No hablemos.



Es mejor abrir las ventanas mudas



desde la muerte de la hermana mayor.



La voz de la hierba hace callar la noche:



"Hace un mes no llueve."



Nidos vacíos caen desde la enredadera marchita.



Los cerezos se apagan como añejas canciones.



Este mes será de los muertos.



Este mes será del espectro



de la luna de verano.



Sigue brillando, luna de verano.



Reviven los escalones de piedra



gastados por los pasos de los antepasados.



Los murciélagos chillan alegremente



entre los muros ruinosos de la Cervecería.



El azadón roto



aún espera tierra fresca de nuevas fosas.



Y nosotros no debemos hablar



cuando la luna brilla



más blanca y despiadada que los huesos de los muertos.



Sigue brillando, luna de verano.