sábado, 22 de diciembre de 2012

TEODORINDA (Carlos Pezoa Véliz, 1874-1908)



               

Tiene quince años ya Teodorinda,
la hija de Lucas el capataz;
el señorito la halla muy linda;
tez de durazno, boca de guinda...
¡Deja que crezca dos años más!

Carne, frescura, diablura, risa;
tiene quince años no más... ¡olé!
y anda la moza siempre de prisa
cual si a la brava pierna maciza
mil cosquilleos hiciera el pie...

Cuando a la aldea de la montaña
con otras mozas va en procesión,
su erguido porte, fascina, daña...
y más de un mozo de sangre huraña
brinda por ella vaca y lechón.

¡Si espanta el brío, la airosa facha
de la muchacha!... ¡Qué floración!
¡Carne bravía, pierna como hacha,
anca de bestia, brava muchacha
para las hambres de su patrón!

Antes que el alba su luz encienda
sale del rancho, toma el morral
y a paso alegre cruza la hacienda
por los pingajos de la merienda
o la merienda de un animal.

Linda muchacha, crece de prisa...
¡Cuídala, viejo, como a una flor!
Esa muchacha llena de risa
es un bocado que el tiempo guisa
para las hambres de su señor.
Todos los peones están cautivos
de sus contornos, pues que es verdad
que en sus contornos medio agresivos
tocan clarines extralascivos
sus tres gallardos lustros de edad.

Sangre fecunda, muslo potente,
seno tan fresco como una col;
como la tierra, joven, ardiente;
como ella brava y omnipotente
bajo la inmensa gloria del sol.

Cuando es la tarde, sus pasos echa
por los trigales llenos de luz;
luego las faldas brusca repecha...
El amo cerca del trigo acecha
y le echa un beso por el testuz... 

jueves, 22 de noviembre de 2012

LAS POETISAS (Nana Gutiérrez, 1927-1985)


OJO!

Han de saber Ustedes
que no hay nada mas deplorable
nada mas fastidioso
que las Señoritas Poetisas!
Estas Señoritas han invadido el mundo
han invadido los Círculos Literarios
han hecho morir del corazón,
a varios catedráticos!
Las hay de todos colores
y de todas tallas:
Poetisas de bigote
Poetisas sin escrúpulos
Poetisas con dientes postizos
Poetisas con faltas de ortografía
Poetisas flacas como
agujas de costureras tristes.
Poetisas en busca de un marido
Poetisas terror de Editoriales!
Poetisas que persiguen
a los Premios Nacionales.
Poetisas madres de familia.
Poetisas que van por las calles
ubicando a sus victimas.
Y las hay peores:
Poetisas Lolitas
Poetisas beatniks
Poetisas con pantalones
Saint Tropez
(capaces de volver loco a
cualquier Poeta del gremio)
Poetisas que escriben con el dedo.
Poetisas que sueñan con ser hombres
Poetisas recién dadas de alta
del Hospital Psiquiátrico.
Poetisas en tratamiento perpetuo.
Poetisas de provincia
Poetisas de la Antártida
Poetisas capaces de odiosos recitales.
Poetisas a punto de suicidarse
Poetisas de vuelta del suicidio.
Poetisas para bautizos
Poetisas adictas
a tomar Coca Cola.
Poetisas de pelo en pecho.
Poetisas picadas de viruela
Poetisas Beatles.
Pero, Ojo! Señores, todas ellas
terminaran con esta
maquiavélica invasión
con esta lluvia
con este vendaval
con este azote
con esta nueva especie atómica
acabaran os digo
Con todos los Géneros Literarios!
¡Dios Mío!

domingo, 11 de noviembre de 2012

EL POEMA FAVORITO (Aristóteles España, 1955-2011)



Se fue el poema con sus parodias fantasmales,
estaba en el pie izquierdo de André Bretón,
con sus dedos sucios de nieve y helicópteros,

también historias policiales donde un gnomo
fustigaba al poeta Sócrates Francia en un bar
lleno de pescadores chinos,
de islas con serpientes sin adjetivos,
el hedor a polis cerrada, a prisiones, y humo.

Eran mañanas tristes donde no existía la dulzura,
el amor colgaba de un volantín mojado,
con muñecas llenas de violines,
¡qué maravilla!, los poemas saltaban como ranas,

y se iban caminando sobre el espacio desértico,
con páginas de agua, heredades de frutas

y en el fondo, una hoja en blanco, rota, que fingía ser tordo,
como el pan de endecasílabos quemado en el horno;

entonces, el poema se fue, dejó sillones, honores,
y entró a ese laberinto con moscas y muerte,
cayó en una depresión, dijo, estaba en el techo,
se creía una lechuza, una pierna, la página!

martes, 30 de octubre de 2012

PRESENTIMIENTO (Pedro Prado, 1886-1952)

Todo en mi vida es un presentimiento.
Soy como hoja medio desprendida
que ya la agita, sin llegar el viento;
una hoja temblorosa y conmovida.

Amo, sin verla, clara imagen pura;
y mis ansias, mi angustia y mi tristeza,
sólo esculpen y buscan en la dura
realidad de la vida a la belleza.

Yo sabré quién espera y quién llama,
animando el misterio y escondida,
cuando esta fiebre que a mi ser inflama,
ciña, por fin, la forma apetecida.

De amor humano hacia el amor divino,
voy labrando, sin tregua, mi camino.


 

domingo, 21 de octubre de 2012

AUTORRETRATO DE ADOLESCENCIA (Pablo de Rokha, 1894-1967)

Entre serpientes verdes y verbenas,
mi condición de león domesticado
tiene un rumor lacustre de colmenas
y un ladrido de océano quemado.
              
Ceñido de fantasmas y cadenas,
soy religión podrida y rey tronchado,
o un castillo feudal cuyas almenas
alzan tu nombre como un pan dorado.
              
Torres de sangre en campos de batalla,
olor a sol heroico y a metralla,
a espada de nación despavorida.
              
Se escuchan en mi ser lleno de muertos
y heridos, de cenizas y desiertos,
en donde un gran poeta se suicida.

lunes, 1 de octubre de 2012

LA MAESTRA RURAL (Gabriela Mistral, 1889-1957)

La maestra era pura. "Los suaves hortelanos",
decía, "de este predio, que es predio de Jesús,
han de conservar puros los ojos y las manos,
guardar claros sus óleos, para dar clara luz".

La maestra era pobre. Su reino no es humano.
(Así en el doloroso sembrador de Israel.)
Vestía sayas pardas, no enjoyaba su mano
¡y era todo su espíritu un inmenso joyel!

La maestra era alegre. ¡Pobre mujer herida!
Su sonrisa fue un modo de llorar con bondad.
Por sobre la sandalia rota y enrojecida,
era ella la insigne flor de su santidad.

¡Dulce ser! En su río de mieles, caudaloso,
largamente abrevaba sus tigres el dolor.
Los hierros que le abrieron el pecho generoso
¡más anchas le dejaron las cuencas del amor!

¡Oh labriego, cuyo hijo de su labio aprendía
el himno y la plegaria, nunca viste el fulgor
del lucero cautivo que en sus carnes ardía:
pasaste sin besar su corazòn en flor!

Campesina, ¿recuerdas que alguna vez prendiste
su nombre a un comentario brutal o baladí?
Cien veces la miraste, ninguna vez la viste
¡y en el solar de tu hijo, de ella hay más que de ti!

Pasò por él su fina, su delicada esteva,
abriendo surcos donde alojar perfección.
La albada de virtudes de que lento se nieva
es suya. Campesina, ¿no le pides perdón?

Daba sombra por una selva su encina hendida
el día en que la muerte la convidò a partir.
Pensando en que su madre la esperaba dormida,
a La de Ojos Profundos se dio sin resistir.

Y en su Dios se ha dormido, como en cojín de luna;
almohada de sus sienes, una constelación;
canta el Padre para ella sus canciones de cuna
¡y la paz llueve largo sobre su corazón!

Como un henchido vaso, traía el alma hecha
para dar ambrosía de toda eternidad;
y era su vida humana la dilatada brecha
que suele abrirse el Padre para echar claridad.

Por eso aún el polvo de sus huesos sustenta
púrpura de rosales de violento llamear.
¡Y el cuidador de tumbas, como aroma, me cuenta,
las plantas del que huella sus huesos, al pasar!

jueves, 6 de septiembre de 2012

EN UNA ESTACIÓN DEL METRO (Óscar Hahn, 1938)


Desventurados los que divisaron
  a una muchacha en el Metro
y se enamoraron de golpe
y la siguieron enloquecidos
y la perdieron para siempre entre la multitud
Porque ellos serán condenados
a vagar sin rumbo por la estaciones
y a llorar con las canciones de amor
que los músicos ambulantes entonan en los túneles
Y quizás el amor no es más que eso:
una mujer o un hombre que desciende de un carro
en cualquier estación del Metro
y resplandece unos segundos
y se pierde en la noche sin nombre

sábado, 18 de agosto de 2012

BERNARDO O'HIGGINS RIQUELME (1810) (Pablo Neruda, 1904-1973)



O´HIGGINS, para celebrarte

a media luz hay que alumbrar la sala.

A media luz del sur en otoño

con temblor infinito de álamos.



Eres Chile, entre patriarca y huaso,

eres un poncho de provincia, un niño

que no sabe su nombre todavía,

un niño férreo y tímido en la escuela,

un jovencito triste de provincia.

En Santiago te sientes mal, te miran

el trajé negro que te queda largo,

y al cruzarte la banda, la bandera

de la patria que nos hiciste,

tenía olor de yuyo matutino

para tu pecho de estatua campestre.



Joven, tu profesor Invierno

te acostumbró a la lluvia

y en la Universidad de las calles de Londres,

la niebla y la pobreza te otorgaron sus títulos

y un elegante pobre, errante incendio

de nuestra libertad,

te dio consejos de águila prudente

y te embarcó en la Historia.



"Cómo se llama usted?", reían

los "caballeros" de Santiago:

hijo de amor, de una noche de invierno,

tu condición de abandonado

te construyó con argamasa agreste,

con seriedad de casa o de madera

trabajada en su Sur, definitiva.

Todo lo cambia el tiempo, todo menos

tu rostro.



Eres, O'Higgins, reloj invariable

con una sola hora en tu cándida esfera:

la hora de Chile, el único minuto

que permanece en el horario rojo

de la dignidad combatiente.



Así estarás igual entre los muebles

de palisandro y las hijas de Santiago,

que rodeado en Rancagua por la muerte y

la pólvora.



Eres el mismo sólido retrato

de quien no tiene padre sino patria,

de quien no tiene novia sino aquella

tierra con azahares

que te conquistará la artillería.



Te veo en el Perú escribiendo cartas.

No hay desterrado igual, mayor exilio.

Es toda la provincia desterrada.



Chile se iluminó como un salón

cuando no estabas. En derroche,

un rigodón de ricos substituye

tu disciplina de soldado ascético,

y la patria ganada por tu sangre

sin ti fue gobernada como un baile

que mira el pueblo hambriento desde fuera.



Ya no podías entrar en la fiesta

con sudor, sangre y polvo de Rancagua.

Hubiera sido de mal tono

para los caballeros capitales.

Hubiera entrado contigo el camino,

un olor de sudor y de caballos,

el olor de la patria en primavera.



No podías estar en este baile.

Tu fiesta fue un castillo de explosiones.

Tu baile desgreñado es la contienda.

Tu fin de fiesta fue la sacudida

de la derrota, el porvenir aciago

hacia Mendoza, con la patria en brazos.



Ahora mira en el mapa hacia abajo,

hacia el delgado cinturón de Chile

y coloca en la nieve soldaditos,

jóvenes pensativos en la arena,

zapadores que brillan y se apagan.



Cierra los ojos, duerme, sueña un poco,

tu único sueño, el único que vuelve

hacia tu corazón: una bandera

de tres colores en el Sur, cayendo

la lluvia, el sol rural sobre tu tierra,

los disparos del pueblo en rebeldía

y dos o tres palabras tuyas cuando

fueran estrictamente necesarias.

Si sueñas, hoy tu sueño está cumplido.

Suéñalo, por lo menos, en la tumba.

No sepas nada más porque, como antes,

después de las batallas victoriosas,

bailan los señoritos en palacio

y el mismo rostro hambriento

mira desde la sombra de las calles.



Pero hemos heredado tu firmeza,

tu inalterable corazón callado,

tu indestructible posición paterna,

y tú, entre la avalancha cegadora

de húsares del pasado, entre los ágiles

uniformes azules y dorados,

estás hoy con nosotros, eres nuestro,

padre del pueblo, inmutable soldado.



viernes, 20 de julio de 2012

EN EL CORAZÓN DE UN HOMBRE HAY UNA HERIDA MUY MARCADA (José G. Martínez Fernández, 1949)



lo digo por la luz que afuera marca el ángulo vidrial

de mi departamento

sin ninguna gota de agua o con todas

me he pasado los años mirando el cielo que me negaste

a veces me gusta y a veces me da ira

pero el placer de seguir por tus ríos me llena de una alegría

que quizás sin tu marca nunca tendría

eres esa alegría y eres el dolor, esta herida es muy ancha

y tú la sabes

y es largamente nostálgico sentir que tu mar

está muy lejos en el tiempo

que ya no puedo tener de tu sangre

los sueños de unos niños

que a estos jardines viajarían

y así se me van los días

con la sola idea de ti.

lunes, 9 de julio de 2012

MEJILLONES (Neftalí Agrella, 1896-1957)



Pueblo a orilla de la soledad

caminando irreal por tus áreas de silencio,

pienso en tus flores saladas,

en la arena tibia

y en el órgano del viento;

atravieso por tus días brillantes;

vidrio de mar, añil en el horizonte,

paseo hasta los vivacs de estrellas

que limitan la oblicua planicie de la noche;

la bahía diurna con lobos de hule

y con gaviotas circunflejas

recuerdan mis domingos de adolescente

en el viejo muelle maquillado con brea

y también el balandro de ala única

en el perfil dulce de la costa

con un monóculo de estrella

en la cita nerviosa.

¡Ah, pueblo simple, marcho

múltiples veces en secreto

por tus kilómetros de soledad!




jueves, 5 de julio de 2012

LA TIERRA DE LA NOCHE (Jorge Teillier, 1935-1996)

                                                                 "Abrir una ventana es como abrirse una vena".
                                                                 B. Pasternak.


No hablemos.



Es mejor abrir las ventanas mudas



desde la muerte de la hermana mayor.



La voz de la hierba hace callar la noche:



"Hace un mes no llueve."



Nidos vacíos caen desde la enredadera marchita.



Los cerezos se apagan como añejas canciones.



Este mes será de los muertos.



Este mes será del espectro



de la luna de verano.



Sigue brillando, luna de verano.



Reviven los escalones de piedra



gastados por los pasos de los antepasados.



Los murciélagos chillan alegremente



entre los muros ruinosos de la Cervecería.



El azadón roto



aún espera tierra fresca de nuevas fosas.



Y nosotros no debemos hablar



cuando la luna brilla



más blanca y despiadada que los huesos de los muertos.



Sigue brillando, luna de verano.




domingo, 17 de junio de 2012

ELEGÍA DEL FUTURO SUICIDA (Rolando Cárdenas, 1933-1990)



Yo hablo de la integridad

como si la palabra misma fuera indivisible,

o como si todo alguna vez no retornara a nada.



Pero esto no es así.



Llega un momento en que se acaba el sueño,

La mano ya no quiere aprisionar.

La flor se desploma sobre el musgo.

Los ojos quedan secos.

La caricia no existe.

Ni la palabra amada.

Ni el rumor que se levanta del saucedal frondoso.



Nada importa que el viento golpee en cada puerta.

Ni que la lluvia humedezca nuestro calzado y nuestra alma.

Ni que la abulia sea un buitre que devora a pedazos la esperanza.



Se quiere aprisionar la risa en el puño

como una mariposa,

pero ella se aleja hacia otros privilegios.

No quiere compartir el beso que la boca entrega en la ausencia,

ni el cuerpo que se da en la hora furtiva,

ni la palabra que impulsaría a conquistar el aire.



La soledad alzándose, infatigable planta,

va construyendo un clima de sonrisas enlutadas.

La memoria yace derribada por la astenia

en actitud de delirio.

Ni siquiera es capaz de crear el grito salvaje de la angustia.



La indiferencia penetra por la piel royéndola de a poco.

El asombro por lo que no creímos

se va quedando sólo en pesadumbre

que nos va señalando nuestra propia miseria resignada.

La alegría misma ha quedado derribada en algún rincón de nuestro propio

olvido.



La lengua no blasfema.

Está extática y sola.

A su lado está también la canción trunca

que en un principio pregonaba la fuerza.



El corazón se va quedando solo.

Solo en el día.

Solo en la noche,

como un grito abandonado y yerto.



Ya nada es demasiado indispensable,

sólo el aire.

Lentamente el cansancio va forjando su lágrima.

Todo es latir apresurado hacia el final,

porque en la hora dura no queda nada:

la pureza,

el tiempo del amor iluminado,

el beso antiguo

son casi dolorosa inexistencia.



Pero se llega al día límite

que nos espera como un muro infranqueable

despojado de todo,

que es una manera de mostrar la certeza.



También se puede sonreír al borde de la vida.



domingo, 3 de junio de 2012

JEAN ARTHUR RIMBAUD O LA SUITE NEGRA (Carlos de Rokha, 1920-1962)



Él, que jamás ha osado poner precio a sus sueños,

Vio a los centinelas escupir los más espléndidos tapices

A ellos, los mismos que un día negaron las uvas del delirio.

El Festín de las Gracias lo había maldecido.

Bebía un licor extraído de todos los pantanos.

Donde la más bella aventura se perdía en sus propios misterios.

Mientras los aldeanos le veían salir de Les Ardens.

¡A dónde iba cuando en los graneros ardían los mitos del silencio?

¿Hacía qué radas de desventura en qué oscuros caballos de espuma lloraba a orillas del mar?

Ángel por demonio su ensueño se ha saciado.

Con los heliotropos mea las estrellas

Cuando las Furias le soplaban las orejas

Y su cabeza de fauno ardía por las hidras

Por el ángel que afeitan vive siempre sentado

Prófugo de sí mismo quienes le adoraban eran los malditos

Los que pedían sus visiones a un Leviatán de los paraísos infernales.

Ellos han besado sus manos igualmente lamidas por larvas en desorden.

Ellos amaban al infante prodigioso.

Alquimista de vocales hechicero castigado despierta.

Rompe las llaves mágicas que guardaban su clave

Y contra toda piedad arroja el mismo hastío.



domingo, 13 de mayo de 2012

COMUNICADO (Rodrigo Lira, 1949-1981)


A la Gente Pobre se le comunica

Que hay Cebollas para Ella en la Municipalidad de Santiago.

Las Cebollas se ven asomadas a unas ventanas

Desde el patio de la I. Municipalidad de Santiago.

Tras las ventanas del tercer piso se divisan

Unas guaguas en sus cunas y por las que están un poco más abajo

Se ve algo de las Cebollas para la Gente Pobre.

Para verlas hay que llegar a un patio

Al patio con dos Arboles bien verdes

Después de pasar por el lado de una como jaula

Con una caja que sube y baja

Después de atravesar una sala grande con piso de baldosas

Y con tejado de vidrio

Con unas señoritas detrás de unos como mostradores

Después de subir unas escaleras bien anchas

Después de pasar unas puertas grandes

En la esquina de una plaza que se llama

"de Armas", en la esquina del lado izquierdo

De una estatua de un señor a caballo, de metal,

Con la espada apernada al caballo

Para que no se la roben y hagan daño.

Ahí, debajo de las ventanas con las guaguas,

Están las Cebollas.

No sé si podra conseguir

Unas poquitas.

El caballero que maneja

El ascensor ese, con paredes de reja.

Me dijo que eran

para la gente pobre.

Después, dijo algo del Empleo Mínimo.

Yo tenía que irme luego a comprar un plano de Santiago

y una máquina de escribir.



(sucedido y escrito en junio de 1979).



domingo, 8 de abril de 2012

EXILIO DE PÁJAROS (Isabel Gómez, 1959)

Dame la cordillera invisible del instinto
cuando me recoja la herencia de las aguas
y nos sustituya el mito de creernos
bajo el disfraz equivalente del recuerdo.
He de fundar aquí los sentidos del viento,
pleno refugio de mis olas
indagando el mar cansado de tu huella.

Yo tuve el idioma primero de la lluvia
conjugando la razón extraviada de los sauces.

Dibujaban las ventanas
jeroglíficos de esperma
en la anatomía rebelde de una hoja,
mientras buscaba mi boca la herradura del tiempo
tras la razón gastada de una piedra.

domingo, 11 de marzo de 2012

MISIÓN DEL POETA (José G. Martínez Fernández, 1949)

Ser poeta está bien.

Para decir lo que otros callan

porque no captan la canción guardada.

Hablar de las cosas

que tienen música

y darle melodía

a la materia inerte.

Ser poeta está bien.

Para expresar el mundo

sin medir las palabras

a solicitud del gran maestro:

Walt Whitman.

Ser poeta está bien.

Desnudar muchachas con palabras,

beber la vida como alcohol

y ¡por qué no!

hacer del ruido del mar el silencio

y del silencio el gran canto

porque, al final de cuentas,

la misión del hombre que canta

es darle un poco más de pintura

a la obra no concluida.